sábado, 18 de enero de 2014

Dos caballeros del 1500 en la Tierra de Campos


Dos caballeros al servicio de los Reyes Católicos

(1492-1504) 
 
 (1)Escudo monumental de los Reyes Católicos, sostenido por dos caballeros tenantes en Támara de Campos (Palencia)

Estos días he vuelto a sorprenderme con una fotografía de unos caballeros desconocidos para mí. Ha sido a través del magnífico blog sobre Arte de Sira Gadea:
http://viajarconelarte.blogspot.com.es/

Se trata  de la escultura de dos caballeros que sostienen un monumental escudo de los Reyes Católicos, ubicado en la torre de la Iglesia de la Asunción y San Hipólito de Támara de Campos (Palencia).
El conjunto escultórico es una obra de singular belleza y cargada de simbología.
Los dos caballeros hacen a modo de “tenantes”, sujetando el escudo. Éste es un motivo que podemos apreciar con frecuencia en el arte gótico y posteriormente en el Renacimiento, a lo largo y ancho de la Península Ibérica; lo encontramos en palacios, iglesias, capillas y sepulcros así como en otros monumentos civiles o religiosos.
Los tenantes suelen aparecer en número de dos, uno a cada lado del escudo y pueden ser ángeles, “salvajes” o figuras mitológicas, pajes, soldados o caballeros.
Los escudos suelen ser los que representan la heráldica de la persona que mandó realizar aquella construcción, como es el caso de los palacios o edificios con un patronazgo definido, en otras ocasiones adornan las capillas funerarias de los patronos que las mandaron edificar, en cuyo caso suelen estar dentro de la capilla, y en ocasiones también por fuera del edificio.
En los edificios pertenecientes a la Corona (palacios, castillos…) o dependientes de ella (como es el caso de los pósitos y carnicerías) o  bajo su protección, también podrían aparecer; en este caso con la heráldica de los reyes.
La presencia de estos escudos, no deja de ser, por tanto un elemento propagandístico de pertenencia o adscripción a un personaje, un linaje o una institución.
El caso que nos ocupa es además singular por el hecho de que a pesar de haberse derruido la primitiva torre de la Iglesia en el año 1568, se volvieron  a colocar los escudos y tenantes en un lugar principal de la nueva torre. Lo cual no es de extrañar, pues durante todo el Renacimiento y por mucho tiempo aún  persisten este tipo de esculturas heráldicas, y porque mantienen su carácter simbólico.
(2)Escudo cuartelado de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, con sus armas combinadas y el símbolo de Granada

Los caballeros sostienen en el centro un gran escudo de los Reyes Católicos, que consta de un blasonado cuartelado, apareciendo en los cuarteles primero y cuarto un contracuartelado con las armas de Castilla y León y en el segundo y tercero un partido de Aragón y Sicilia, según lo acordado por ambos cónyuges en la concordia de Segovia en el año 1475.
 
Pero además aparece la Granada en la zona inferior, símbolo que fue incorporado al escudo de los Reyes tras completarse la conquista de Granada en el año 1492
No aparecen aún, sin embargo, las armas alusivas a los Reinos de Nápoles (representado con las armas del Reino de Jerusalén y Hungría) ni están todavía las cadenas de Navarra.
Se trata por tanto de un genuino escudo de los Reyes Católicos tallado entre los años 1492, año de la conquista de Granada y 1504, año del fallecimiento de la Reina Isabel.
Sobre el escudo está la corona real, y sosteniendo el escudo en su parte superior con sus garras está el águila de San Juan, símbolo ligado a la Reina Isabel, ya usado por ella como princesa.
(3) Los caballeros representan el modelo de armadura propio de finales del siglo XV o principios del siglo XVI.
En ambos extremos aparecen dos escudos idénticos más pequeños, sujetados mediante una correa y sostenidos por un león respectivamente cada uno de ellos.
Ambos escudos presentan el lema de los Reyes: “Tanto Monta”, alusivo a la actitud de Alejandro Magno ante el “nudo gordiano” que unía la lanza y el yugo del  carro de bueyes del mítico rey Gordio.
Alejandro tras unos momentos de vacilación inicial sacó su espada y de un tajo lo cortó, se quedó tan contento y dijo aquello de “tanto monta cortar como desatar” y seguramente pensó también “y vamos a otra cosa que tengo prisa…”
Bueno el caso es que a los humanistas del principio del renacimiento les encantaban estos acertijos y símbolos… aunque a mí lo que me explicaban en el cole era aquello de “Tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando” que seguro que viene a ser lo mismo que lo otro y que es en esencia lo que querían transmitir.
Bajo el lema, el símbolo: el yugo y las flechas.
Muchas edificaciones de la época de los Reyes Católicos se adornan de manera repetitiva con estos motivos heráldicos y simbólicos, pensemos en los escudos de la Iglesia de San Juan de los Reyes en Toledo, o los yugos y flechas en uno de los claustros de San Esteban de Salamanca, o los escudos reales en el patio principal del Colegio de San Gregorio de Valladolid con su cenefa superior jalonada por completo de yugos y flechas.
Vendría a ser por expresarlo con lenguaje actual y como me decía una amiga en Granada observando la fachada del convento de Santa Isabel: “la marca Reyes Católicos”; y exactamente eso era, el distintivo, su marca o logotipo, como diríamos hoy en día.
En otras ocasiones nos encontramos la alternancia de escudos coronados en cuyo interior aparecen la letra Y por Isabel y F por Fernando, de manera correlativa. Aunque en este caso no aparecen.

Los caballeros.

Bien, pues todo esto que hemos dicho nos sirve, entre otras cosas, para saber que se trata de dos caballeros vestidos con armaduras, cuyas tallas fueron realizadas entre los años 1492 y 1504; que es el tiempo de vigencia real de este escudo en concreto con estos cuarteles, tal y como hemos visto.
Una pregunta que puede asaltarnos al ver este tipo de esculturas es: ¿son fiables o representativas realmente estas esculturas?
Pues yo que llevo varios años mirando y escudriñando este tipo de esculturas puedo deciros que sí, que son muy fiables.
En primer lugar porque el artista peninsular o europeo de la Baja Edad Media y del principio de la Edad Moderna suele huir de la invención, él desea reflejar lo más fidedignamente posible la realidad, pintar o tallar con el mayor esmero posible hasta el más mínimo detalle de los ropajes y armas de los personajes representados.
Y aunque en ciertos momentos pueden tomarse determinadas licencias, suele ser en contextos creativos muy concretos, que tendremos más adelante ocasión de comentar.
Y en segundo lugar, y como dice mi amigo José Daniel, las armas y armaduras representadas en estas pinturas y esculturas siempre van a hacer “match” (igualar/emparejar) con piezas reales; es decir, vamos a tener casi siempre la oportunidad de encontrar en museos o colecciones ese mismo casco, esa misma coraza que hemos descubierto representada en una escultura. Y es cierto… se cumple.
Caballero nº 1:
El primer caballero, situado a la derecha de la imagen, según la vemos, lo diferenciamos claramente por no llevar ningún tipo de casco.

(4) Caballero con armadura completa, gorra y alabarda
Cubre la cabeza con una gorra de las que se denominan de media vuelta y con lo que parece un “joyel” en un lateral. Este tipo de gorras un poco más sofisticadas ya nos está hablando del camino hacia el 1500, tal y como hemos visto en otras entradas.
El pelo lo lleva largo, algo rizado, y le cae descuidadamente sobre los hombros, característico de todo este período final del siglo XV y principios del XVI.

Viste una armadura:
- La coraza aparece formada por peto y sobrepeto (con marcada arista central), que solían ir unidos por un remache en su parte superior y unas correítas laterales. El sobrepeto termina en su borde superior en una forma artística lanceolada con dos hojas laterales, lo cual era habitual.
- La sobrebarriga está formada por varias launas de metal, en las que igualmente se remarca la arista central. Presenta además una correíta central para unirse a la coraza.
-  Las escarcelas, más anchas que las que hemos podido ver en la época de la guerra de Granada, también nos indican que estamos en el cambio del siglo XV al XVI.
- Bajo la armadura viste una lóriga de cota de malla, en este caso algo más larga que las habituales para esta época, hasta el tercio inferior del muslo.
- Protege las piernas con quijotes, rodilleras y grebas. No se puede apreciar en la fotografía si lleva escarpines ni sin terminan en punta o algo redondeados.
- Cubre sus extremidades superiores con hombreras, brazales (para brazo y antebrazo), codales y guanteletes del tipo “manopla”.
- Las hombreras: no pasan desapercibidas las grandes hombreras formadas por launas de metal unidas entre sí.
Quizás sean las hombreras uno de los elementos más complejos de las armaduras peninsulares, ya que en algunos casos se asemejan a los de las clásicas armaduras milanesas mientras que en otros adoptan formas diferentes y poco vistas.
También hemos visto en otras entradas como en muchas ocasiones nuestros caballeros se despojaban de esta pieza de la armadura para mayor comodidad.
Armas:
- En el  costado izquierdo se aprecia una empuñadura, posiblemente de un puñal, por la manera alta de ceñirlo y la forma del pomo, habiéndose perdido otros detalles de la vaína.
- En las manos sostiene una alabarda, arma utilizada con gran éxito desde finales de la Edad Media por la infantería y que le permitió enfrentarse a unidades de caballería pesada. El prestigio de esta arma dio denominación al hombre que la portaba “alabardero”, siendo usada también como como arma ceremonial. De nuevo, lo simbólico, no parece casualidad que los dos caballeros custodios del escudo de los Reyes porten esta arma.

Caballero nº 2:
 El segundo caballero, lleva también una armadura completa:

(5) Caballero con armadura completa, almete y alabarda
- La coraza parecer estar formada sólo por un peto simple. En su zona derecha se aprecian las “muelas” para la colocación del ristre.
- Dispone asimismo de sobrebarriga formada por launas de metal, y grandes escarcelas.
- Protecciones completas para las piernas.
- Protecciones completas para los brazos y hombreras redondeadas.
- Lo más distintivo de este caballero es el casco con el que cubre la cabeza, se trata de un tipo de casco denominado “almete”. Estos cascos eran muy cerrados y daban buena protección para la cabeza el cuello y la cara, disponían además de una visera móvil, que en este caso el caballero lleva levantada.

(6) Casco español procedente del Museo Metropolitano de Nueva York, fechado entre 1450-1500 y etiquetado como Sallet, se trata en realidad de un almete con unos acabados en la visera que recuerda al sallet o celada, aunque mantiene todas las características propias del almete. Se podría datar hacia finales del siglo XV.
 
Este tipo de casco fue muy frecuente ya desde la década de 1450 y se mantuvo con diferentes variantes durante más de un lustro, ya que aún se continuaba usando al comenzar el siglo XVI. Su problema fundamental radicaba en ser excesivamente cerrado, motivo por el que fue menos usado que otros tipos de cascos más abiertos.
- El almete más utilizado fue el denominado en “pico de gorrión”, formado por sobrecalva y visera. Del almete solía pender como es el caso de este caballero una protección de cota de malla.
-  Como armas lleva una espada al cinto y porta una alabarda.

Un ejemplo de armadura realizada entre los años 1490-1500 es la armadura de Fernando II de Aragón, que se conserva en el Kunsthistorischen Museum de Viena, en la que podemos apreciar como el casco es del tipo "almete". Ver los  siguientes enlaces: 
http://www.pinterest.com/pin/138978338470767915/
http://www.pinterest.com/pin/138978338470768233/
 
Conclusión:
Nos encontramos probablemente ante dos caballeros de una fecha cercana al 1500, que siguen utilizando prácticamente el mismo tipo de armadura que en los decenios anteriores, salvo por pequeños cambios que se van haciendo perceptibles poco a poco.

El desarrollo creciente de las armas de fuego y de las compañías de infantes armados con picas y alabardas, como las que portan estos caballeros, cambiarán en los siguientes decenios las tácticas de combate y la indumentaria de los caballeros que deberá adaptarse a los nuevos tiempos, surgiendo nuevas modas y formas de armarse durante el siglo XVI, pero eso ya lo iremos viendo.
 
Agradecimientos:  
A Sira Gadea, por descubrirnos cada semana nuevos tesoros artísticos de España y de otros países, como el de estos caballeros, a través de su magnífico blog; y por facilitarme sus fotografías para este trabajo.
A José Daniel Cabrera que, además de ser un fantástico ilustrador histórico, es para mí una referencia en la comprensión de las armaduras y las protecciones corporales en la Edad Media.
 
Fotografías:
 

Para conocer más sobre el tema se pueden consultar las siguientes páginas:
 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Magnífica entrada. La heráldica es un mundo tan interesante que hay que darlo a conocer. Además de por su incuestionable belleza, por toda la información que proporciona al historiador. Muchas gracias por la alusión y encantada de haber podido colaborar contigo, aunque solo haya sido prestándote una fotografía, de la que ya veo que lograste mucho jugo. Un abrazo.

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  2. Muchas gracias Sira, me alegro de que te haya gustado la entrada. Tienes razón la heráldica es todo un mundo, y no somos conscientes muchas veces de toda la información que nos puede ofrecer.
    Resulta fantástico poder contar con la colaboración de los demás y además tú nos descubres rincones insospechados de nuestra geografía llenos de sorpresas, y ya ves además el juego que dan.
    Encantado de tenerte por aquí.

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