El segundo caballero del
que quiero hablar no es otro que Felipe el Hermoso, que aparece retratado junto
a su melancólica Reina Doña Juana.
Felipe el Hermoso, y Juana de Castilla
Aún recuerdo, hace
muchos años, la honda impresión que me produjo ver estas dos pinturas, de
tamaño casi natural, situadas en el Centro de una gran sala del Real Museo de
Bellas Artes de Bruselas.
Se trata de dos tablas
que forman parte del llamado tríptico de Zierikzee, y que debió ser realizado
entre los años 1504 y 1506.
Felipe aparece con un
terno heráldico sobre su armadura, revestido con los escudos y emblemas de todos
los territorios sobre los que gobernó junto a su esposa.
La armadura de él y las vestimentas de los dos son una manifestación
del poder regio de ambos.
Se trata de una bella
armadura, realizada por encargo en alguna de las prestigiosas armerías de Centroeuropa
o del Norte de Italia, pavonada completamente en negro lo cual le protegía de
la corrosión y además realzaba la belleza de la armadura.
Felipe se reviste aquí
de todos los atributos de la realeza, el manto real, la corona, la espada como
símbolo de la capacidad para impartir justicia y también el collar de la Orden
del Toisón de Oro, tan ligado a la casa de los Habsburgo.
Se aprecia también el
doble faldellín de malla (aspecto sobre el que trataré en otra entrada) de
color negro con las últimas filas doradas.
Lleva un tipo de casco o capacete abierto, pavonado en negro, con corona dorada sobre él y claveteado dorado en las alas del casco.
Y nuevamente lo delatan los pies, sí, también
él se apuntó ya a la moda de escarpines redondeados.
En este caso los
escarpes son algo diferentes del anterior caballero – San Cándido - , ya que en
este caso se hacen mucho más anchos en la zona de los dedos del pie,
preludiando ya lo que serían los escarpes en pico de pato.
Por otro lado Doña
Juana nos deja ver el avanzado estado de su embarazo, mientras se cubre con
un manto también heráldico y se mantiene
algo ausente, distraída ya para siempre en esta instantánea que nos ha dejado
un pintor flamenco.
Juana y Felipe, espero
que aún sigan en el mismo sitio que los dejé sorprendiendo y emocionando a
propios y extraños.
Felicidades por esta página: es una vía de documentación histórica todavía poco explotada en España.
ResponderEliminarUn saludo desde Santiago de Compostela y enhorabuena por la entrada sobre San Francisco de Betanzos. Imagino que conoceréis los trabajos de Alfredo Erias sobre el asunto.
Hola, estoy de acuerdo contigo, y espero que esta página ayude a difundir estas fuentes documentales excepcionales.
ResponderEliminarSí, conozco el trabajo de Alfredo Erias, él ha sido pionero en la investigación de los caballeros medievales a partir de sus esculturas; sus estupendos trabajos son la referencia obligada para conocer estos caballeros del medievo en el Noroeste peninsular, y además me han servido de inspiración para muchas excursiones fotográficas por Galicia.
Muchas gracias por tu comentario; pronto iremos viendo detalles fotográficos de estos caballeros